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Más allá del "Papá Pidata".

Actualizado: 11 jul 2023



La Real Academia de la Lengua Española define al verbo “falsificar” como la acción de falsear o adulterar algo. Por su parte, nuestro sistema jurídico establece que la noción de “falsificar” implica un engaño al público respecto de la identidad de un producto, es decir, implica el hacer pasar un producto por algo que en realidad no es ante los ojos del público.


Nuestro sistema penal establece sanciones para quienes falsifiquen monedas, documentos y productos en el entendido de que la falsificación trae consigo un daño al público, no exclusivamente a quien emite el documento o producto original. Igualmente, la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, que es la que establece el tratamiento que se debe dar a las marcas que tienen los productos en el mercado, es de “orden público”, lo que significa que sus disposiciones atañen, afectan y sobre todo competen a toda la sociedad, no sólo a quienes son dueños de las marcas que aparecen en los productos que consumimos.


Resulta importante que TODOS tengamos lo anterior muy presente porque aunque a veces parezca lo contrario, el combate a la falsificación de productos no sólo pretende defender las ganancias de quienes se dedican a al producción y/o distribución de productos originales. Más allá de que el intervenir de alguna forma en lo que se conoce como “piratería” pueda considerarse “bueno” o “malo”, o de que a un hijo le de pena que sus padres le compren mercancía “pirata”, existen situaciones que hacen evidente la necesidad de que el Estado intervenga para reprimir la comercialización de productos falsificados y es que es así de simple: hay productos falsificados (o alterados) que simple y sencillamente pueden mandarnos a la tumba y en esta ocasión hablaremos de un tipo de productos cuya proliferación resulta verdaderamente alarmante: las bebidas alcohólicas.


Los números son verdaderamente impresionantes y terribles. Mientras algunas fuentes hablan de que más del 30% de las botellas de bebidas alcohólicas en el país son falsificadas, otras indican que por cada botella de mezcal comercializada legalmente (por ejemplo), se comercializan 20 botellas ilegales.


Estamos hablando de millones (si, millones) de litros de bebidas ilegales que están actualmente en el mercado. Algunas estimaciones hablan de más de 60 millones de litros…

Y… ¿de qué estamos hablando cuando decimos “bebidas ilegales”?


Por una parte se habla de botellas que se han ingresado al país sin pagar los aranceles adecuados, lo cual, sí, significa que muchas de esas botellas son originales y no deberían causar más daño que el producto que el consumidor está buscando comprar, pero por otra parte, también estamos hablando de bebidas que no son lo que dicen ser en la etiqueta.


Desde brebajes que contienen alcohol que no es para consumo humano hasta botellas re-llenadas con producto diluido pasando por obras de emprendedores que deciden hacer la bebida de moda de forma más… “artesanal” (en sus baños o bodegas)… El universo de bebidas “ilegales” es amplio.


Pero… ¿Cuál es el problema real de comprar este tipo de productos? ¿No se supone que el alcohol mata a las bacterias?


La Secretaría de Salud ha hecho una publicación verdaderamente interesante sobre el impacto que pueden tener las bebidas alcohólicas falsificadas y empieza diciendo que aproximadamente el 50% de los casos de intoxicación por alcohol adulterado termina en la muerte del paciente.


Aquí hay 3 cuestiones a considerar y son: los ingredientes que se usan para elaborar los productos apócrifos, los procesos que se usan y la higiene con la que se realizan.


En primer lugar hay que tomar en cuenta que para abaratar costos, los que están en el negocio de la falsificación de bebidas alcohólicas recurren a usar metanol para la fabricación del líquido que venden al público. El metanol es tóxico y causa daños directamente al sistema nervioso que se manifiestan con síntomas muy parecidos a los de la embriaguez, por lo que es muy difícil determinar cuándo se está en presencia de un una intoxicación por metanol y cuándo se está en presencia de síntomas comunes al “después de 6 tragos” (al menos a simple vista). El metanol se utiliza tanto en la manufactura de ciertas bebidas como en la adulteración de otras y no, la adulteración no se da porque los vendedores de bebidas alcohólicas ilegales tengan un espíritu especialmente maligno y quieran envenenar a la población, sino porque al agregar metanol u otros líquidos a las botellas, las pueden “hacer rendir más”.


Una práctica común entre los que se dedican al comercio de bebidas falsificadas es usar una botella de producto original para “producir más”. Se obtienen botellas originales descartadas (de la basura), se les coloca un tercio (o incluso menos) de la bebida original y se llenan con preparaciones que incluyen metanol o alcohol diluido en diversos porcentajes de agua o colorantes que no siempre son para consumo humano. No hay que engañarse… Por más que existan paladares muy entrenados, más del 50% del sabor que el ser humano percibe se deriva de lo que huele y si de entrada las botellas ya conservan el olor de la bebida original, será muy difícil para el consumidor promedio el reconocer una bebida adulterada sólo por su sabor. Si a eso le añadimos que las bebidas alcohólicas a veces no tienen color (o se sirven en lugares donde es difícil reconocerlo por la iluminación), la situación se vuelve aún más peligrosa.


En realidad, dada la cantidad de bebidas alcohólicas ilegales que se reportan y los medios que se emplean para la fabricación de productos falsificados es muy probable que todos los que gustamos de tomar una copa hayamos sufrido una intoxicación leve por metanol… ¿Recuerdan la resaca que los inmovilizó por un día entero? Si, quizá su hijo en realidad sólo se tomó dos copas, el problema fue lo que esas copas contenían y los hielos probablemente no tuvieron nada que ver. Si el consumo de metanol o de sustancias tóxicas se hizo en pequeñas cantidades, las afectaciones a la salud pueden ser “leves” en sí mismas, la fatalidad se da cuando el consumo ya se da en grandes cantidades (claro que un espasmo involuntario o una perdida de control motriz al volante después de unos tragos con metanol puede ser igualmente fatal).

En el 2021, durante el punto más álgido de la pandemia que limitó la producción de bebidas alcohólicas, se reportaron más de 200 muertes por el consumo de una bebidas alcohólicas adulteradas en tres meses y hay reportes de una en especial que causó la muerte de 70 personas sólo en el estado de Puebla.


Si suena alarmante es porque lo es.


En segundo lugar, hay que tomar en cuenta los procesos de fabricación empleados para la fabricación de las bebidas alcohólicas y es que si, efectivamente, proporcionalmente muchos micro-organismos se eliminan con alcoholes de alta concentración, pero aquí hay que tomar en cuenta que la presencia de microbios y bacterias no son lo único de lo que debemos preocuparnos cuando consumimos una bebida alcohólica.


Todos los procesos de fabricación de alcohol, implican fermentación y/o destilación y el empleo de tuberías y contenedores de líquidos de diversos materiales que pueden reaccionar de distintas maneras ante los procesos que se emplean generando compuestos secundarios como sulfatos, cristales, etc que pueden ser venenosos y contaminar la bebida que se está preparando. Si las plantas productoras (por grandes o chicas que sean) emplean tuberías e instrumentos de materiales equivocados, o no tienen la higiene adecuada, pueden convertirse en verdaderas fábricas de veneno.


Por último, recordemos que muchas de las botellas empleadas para la distribución de productos alcohólicos ilegales provienen de fuentes muy MUY poco saludables (entiéndase tiraderos de basura) y aún y cuando el líquido que contengan resulte “antiséptico”, lo cierto es que los plásticos empleados pudieron estar expuestos a substancias y micro organismos que muy probablemente pueden subsistir hasta llegar al vaso.

Dados los riesgos antes descritos, resulta de vital importancia tomar medidas para tratar de reconocer los productos originales y a reserva de que las empresas titulares de marcas nos compartan información que nos pueda ayudar para evitar la compra o consumo de bebidas alcohólicas falsificadas (ya estamos tratando de obtenerla), nos permitimos hacer las siguientes recomendaciones:


1. Rechacemos cualquier botella que no venga sellada o mal sellada o que tenga etiquetas que se le desprenden o estén mal colocadas.

2. Usemos el teléfono móvil para revisar el código QR de los sellos de información fiscal que todas las botellas deben traer y evitemos en lo posible las que no lo tengan. El código debe presentar la información de la bebida que está en la botella (nunca una indicación que refiera que “no se encontró” registro o información relacionada con el código)





3. De acuerdo a la Secretaría de salud, estas son las indicaciones que todas las bebidas deben tener (busquemos que las que adquiramos las tengan):



Revisemos que las etiquetas de las bebidas que compremos tengan estos elementos.


4. Estemos atentos a los colores, tipos de letra, y dibujos que las etiquetas en las botellas tienen. Deben ser uniformes en los productos de la misma marca y si no lo son, existe la posibilidad de que la botella estuvo expuesta a la intemperie (cuando hablamos de diferencias en los colores o tonos de los colores en las etiquetas o en la misma botella) o que haya sido impresa por alguien distinto al proveedor del producto original.


Estamos seguros de que en estas fiestas de fin de año que se avecinan, todos queremos brindar con seguridad y alegría, por lo que los invitamos a cuidarse y a compartir información con nosotros sobre productos que consideren puedan ser peligrosos.


Tendremos mucho gusto en atender a sus denuncias (pueden ser anónimas), investigarlas y compartir nuestros hallazgos… Después de todo: entre todos debemos cuidarnos.





Enlaces para saber más.

Los enlaces que se presentan llevan a publicaciones consultadas para la elaboración de este artículo sin que el autor del mismo tenga que ver con la elaboración de los otros.

https://www.sinembargo.mx/05-11-2020/3888942

https://www.milenio.com/negocios/mezcal-botella-legal-20-piratas-mercado

https://www.brandsprotectionnews.com/mexico-toma-acciones-contra-bebidas-alcoholicas-piratas/

https://www.am.com.mx/economia/Vinos-y-licores-Guanajuato-Estas-son-las-marcas-de-bebidas-alcoholicas-con-riesgo-de-ser-piratas-20210923-0073.html

https://goula.lat/pirateria-y-adulteracion-la-piedra-en-el-zapato-de-la-industria-tequilera/

https://sjf2.scjn.gob.mx/detalle/tesis/176709


El video https://www.youtube.com/watch?v=BluKajvBFJY se señala sólo como referencia sin fines de lucro y sin que el autor del artículo o los operadores de este blog, tengan la autoría o hayan participado en su realización.



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