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NO ES UNA ALTERNATIVA MAS!



En los últimos meses se ha visto un repunte en varias tácticas para la venta de productos farmacéuticos ilegales que han sido planeadas para evadir la acción de las autoridades y ponen en riesgo la seguridad y la salud de los consumidores. 


Desafortunadamente, los medicamentos de alta especialidad tienden a tener costos sumamente altos que son difíciles de afrontar para cualquier persona (incluso una persona de un nivel económico alto).  Normalmente los costos de estos medicamentos son asumidos por instituciones de seguridad social o por agencias de seguros particulares que también, desafortunadamente, son ajenos a una porción considerable de la población no solo en México, sino en cualquier país.


Así, el encontrar que alguien en Internet está ofreciéndote el medicamento que necesitas para tu tratamiento o el tratamiento de algún familiar a un precio que puedes pagar, parecerá un milagro que, sin embargo, puede convertirse en una verdadera pesadilla por diversas causas. Aquí algunos ejemplos:


·       El vendedor normalmente requerirá el pago del medicamento antes de enviarlo… Si lo envía (porque puede desaparecer de las redes sociales sin dejar rastro alguno)

·       El vendedor citará al comprador para entregarle el medicamento y recibir el pago convenido, por lo que sabrá que el vendedor llevará el dinero en un lugar público… En donde lo podrá asaltar.

·       El medicamento puede ser caduco y es que resulta sumamente fácil cambiar u ocultar su fecha de caducidad.

·       El medicamento puede no ser más que agua con pintura o cal comprimida en el empaque del producto que se busca.

·       El medicamento que se vende es robado de una institución de salud pública (la imagen es de un medicamento comprado en línea), lo cual quizá no causa problema a la persona que compra el medicamento pero si a la persona que no lo recibirá en su instituto de salud pública porque fue robado.


La venta de medicamentos por Redes Sociales ha sido una actividad que preocupa no sólo a los fabricantes de medicamentos sino a muchos sectores de la sociedad desde hace ya algún tiempo.  La solución que se ha implementado en estos casos es reportar los anuncios que ofrecen medicamentos para que los administradores de las redes los eliminen incluso a riesgo de que el vendedor vuelva a publicarlos… Esto requiere estar en permanente vigilancia de las redes sociales y quizá parezca incluso “efímero”, sin embargo, el entorpecer este tipo de operaciones, aunque sea por breves períodos de tiempo, definitivamente ayuda a proteger a los consumidores en tanto se obtienen datos suficientes para, eventualmente ejercer las acciones pertinentes en contra de los vendedores.


Pero el problema se está agudizando; la “mejora continua” que las empresas criminales tienen, han llevado a la creación de verdaderas farmacias que operan sólo en “el mundo virtual”.


Los vendedores de medicamentos ilegales están constituyendo empresas formales utilizando “prestanombres” y esas empresas operan tiendas en línea con catálogos sumamente extensos a precios sumamente atractivos y con envíos a todo el país. 


La empresa legalmente existe y es incluso capaz de dar facturas y pagar impuestos, solo que en la realidad… No hay nada.


Los socios que integran la empresa son personas de la tercera edad o gente que no tiene ni la menor relación con las operaciones ilícitas que están ayudando a llevar a cabo; la dirección fiscal de la empresa es falsa o no permite la identificación de un predio (por ejemplo: señala un centro comercial pero no el local donde está la empresa) y, como se podría anticipar, las entidades no tienen permiso de importar, vender o almacenar productos farmacéuticos: venden productos ilegales dentro de la más absoluta ilegalidad y a la vista de todos sin que nadie realmente sepa quiénes están detrás de la operación.


Y por si fuera poco, la mayoría de estas empresas mantienen sus páginas de internet en el extranjero por lo que incluso si las autoridades pretendieran eliminar sus publicaciones tendrían que apelar a requerimientos internacionales para eliminarlas mientras que perseguir a los socios registrados de la empresa probablemente llevaría a la sujeción de proceso a personas que realmente no tienen nada que ver con la actividad ilegal.


Por otra parte, se está dando también una tendencia en la que las personas dedicadas a la distribución de medicamentos ilegales se presentan ante el consumidor en línea como “tramitadores” que ofrecen “conseguir” los medicamentos que el paciente necesita para que sea el mismo paciente quien los importa al país al amparo de las disposiciones legales que permiten a los pacientes el traer los medicamentos que requieren para su tratamiento personal.  Los “tramitadores” dirigen a los pacientes a entidades extranjeras que comercializan productos falsificados y sin controles sanitarios para que adquieran los productos que necesitan y en lugar de cobrarles su precio, les cobran por su “asesoría”, lo cual hace que formalmente el importador de productos ilícitos será el paciente y no ellos.


Estas tendencias que poco a poco están proliferando, deben ser notificadas a las agencias de procuración de justicia y de protección contra riesgos sanitarios para que puedan ser estudiadas ya que implican obstáculos y peligros que son propios de nuestros tiempos y que deben desarticularse utilizando técnicas que probablemente no eran necesarias hace algunos años y no están en manos de los particulares.


La necesidad de “seguir el dinero” para encontrar a los delincuentes parece cada vez más patente y es que, en un mundo donde una persona puede crearse toda una identidad, una historia e incluso un contexto diferenciado para realizar operaciones de comercio sin dar la cara, el que recibe los pagos será el primer eslabón a seguir en la cadena para desmantelar estas peligrosas operaciones y salvaguardar la salud e integridad de quienes requieren medicamentos de difícil acceso.


Si tienes necesidad de adquirir medicamentos de alta especialidad, no recurras al internet. Denuncia a las farmacias que te ofrezcan los productos sin receta médica y busca la ayuda de Asociaciones y Fundaciones que puedan ayudar a conseguir los medicamentos de manera legal sin exponerte tu integridad, tu libertad o tu economía.


Por que todos somos consumidores entre todos debemos cuidarnos.

 
 
 

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